| Fuente: Heraldo.es
La adolescencia es el momento en el que los jóvenes empiezan a "tontear" con determinadas sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas. En muchos casos, desconociendo los efectos negativos que pueden tener en sus acciones y en su salud. Según el último estudio llevado a cabo por el Gobierno de Aragón (con datos de 2016), el 24,9% de los jóvenes aragoneses de entre 14 y 18 años reconocen que en algún momento del último año han salido de fiesta y al día siguiente no recordaban lo ocurrido. Una situación que se produce por el consumo abusivo de alcohol u otras sustancias estupefacientes.
No hay que olvidar que, tal y como detalla este informe, el 81,6% de los adolescentes de Aragón afirman que han tomado alcohol en el último año; mientras que un 37,3% reconocen que en el último mes han practicado ‘binge drinking’, es decir, un "atracón" de alcohol. En concreto, esta práctica se refiere a la ingesta de entre cuatro y cinco bebidas alcohólicas en un plazo aproximado de dos horas. Esto provoca que el nivel de alcohol en sangre crezca rápidamente. Como resultado, el 51% de los aragoneses de entre 14 y 18 años confirman que han sufrido intoxicaciones etílicas agudas en los últimos 12 meses y un 38,4% han tenido resaca.
"El problema está en que los padres han normalizado una situación que no tiene que ser normal", recalca Olga Lázaro, psicopedagoga y experta en educación infantil. Desde su punto de vista, la mayoría de los progenitores consienten e incluso facilitan la adquisición de alcohol a sus hijos; mientras que siguen viendo las drogas como la única amenaza. "Pero esto no es real", recuerda. El consumo de bebidas alcohólicas, y más en cortos periodos de tiempo, está asociado a un peor rendimiento de algunas tareas neuropsicológicas, especialmente, de memoria verbal y de control inhibitorio.
Por el contrario, padres e hijos conciben las drogas como el verdadero problema. Esto explica que los porcentajes de consumo se reduzcan en comparación con los de alcohol: el 26,2% de los aragoneses de entre 14 y 18 años ha tomado cannabis en los últimos 12 meses, mientras que solo el 9,9% han adquirido sustancias hipnosedantes como tranquilizantes o somníferos.
“Todos somos conscientes de los efectos de las drogas en el cerebro. Por eso, los padres suelen alertar a sus hijos, que también acuden a campañas de prevención en los centros escolares. El problema está en que no se hace tanto hincapié en el alcohol, cuando realmente su consumo inadecuado supone un riesgo importante”, recalca Lázaro. Al mismo tiempo, recuerda que su adquisición está prohibida hasta los 18 años, por lo que al permitirlo o incluso facilitar su compra se está cometiendo un delito.
La falta de comunicación con los padres supone uno de los factores de riesgo. "Para intentar prevenir estas conductas es fundamental que los padres estén presentes en la vida de sus hijos tanto física como emocionalmente y que les enseñen a gestionar sus frustraciones y su esfuerzo. Es básico que sepan decir 'no'. Si nunca han escuchado esta palabra es imposible que después la repitan cuando alguien les ofrezca tabaco, alcohol u otras sustancias", explica Lázaro.
Aún así, este informe detalla que más del 72% de los encuestados admiten haber recibido información por parte de sus familias y un 87%, en los centros escolares. "Se ha comprobado que esto no es suficiente y que muchos jóvenes utilizan la fiesta como una vía de escape", recalca. Además, determinados usos de las redes sociales también está alentando este tipo de comportamientos. "Los jóvenes están hiperconectados con el mundo, pero se relacionan poco con sus familias. Hay que volver a conectar con ellos y explicarles los riesgos del alcohol y cualquier otra sustancia", subraya Lázaro.
https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2018/02/14/el-los-jovenes-aragoneses-reconocen-haber-tenido-lagunas-tras-salir-fiesta-1224665-300.html |
