Cada vez hay más restaurantes preocupados por crear un ambiente agradable para las comidas y cenas en familia. En algunos países ya es frecuente que los locales apliquen un descuento a los clientes con niños que muestran buen comportamiento, sin causar molestias al resto de comensales de la sala. La última medida innovadora procede de Clifton Park, en Nueva York, donde un restaurante ha puesto límite al alcohol que pueden consumir los padres que se sientan a cenar acompañados por menores.
¿Cuál es la motivación de este negocio para instaurar una normativa tan
estricta? Según explican los mismos responsables del Peddler's Bar and
Grille, no se trata de evitar que un adulto beba de más en presencia de sus
hijos. El espíritu de la regla es muy distinto, tal como podemos leer en el blog
Food and Wine; y tiene que ver con la seguridad en la carretera. «El
compromiso para poner fin a los accidentes de tráfico relacionados con la
bebida requiere de la participación de todos», explica Melisa Gravelle, gerente
del restaurante.
«No podría vivir con la conciencia tranquila sabiendo que he matado a alguien
al volante. Es algo que se puede evitar», añade la directiva. Los camareros del
Peddler's explican esta política a sus clientes antes de entregarles la carta.
Sólo se limita la cantidad de alcohol a la persona que tiene la responsabilidad
de conducir después de comer. En caso de no estar de acuerdo con la
norma, se le señala amablemente la puerta de salida. No hay excepciones:
sólo una copa por conductor.
No faltan los clientes que, sorprendidos por la limitación a la que se ven
sometidos, estallan de ira contra el personal. En esos momentos son los jefes
quienes tienen que intervenir para templar ánimos. Gravelle subraya que «no
intentamos criticar a los padres, sólo es la manera en que pensamos que
podemos ayudar». También hay quien está de acuerdo con la iniciativa del
Peddler's. «Creo que es genial, si tienes en cuenta que proteger a los niños
es responsabilidad de los padres. Lo apoyo al 100%», comenta un vecino
de la zona.
No es el primer local que establece reglas para concienciar a su clientela
sobre el consumo responsable de bebidas alcohólicas. En muchos bares
dejan de servir copas a quien ya ha tomado más de la cuenta. Otros, algo
más sutiles, colocan en los aseos carteles con el número de teléfono de la
parada de taxis más cercana, sugiriendo así una alternativa segura. Todo sea
por evitar desgracias, para lo que en esta época del año también es buena
idea tomar nota de las causas de accidentes más comunes en verano.
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