El comando que pedían los ciclistas
antes del Comité de Seguridad Vial que
se reunió ayer era aplicar «tolerancia
cero» con el conductor ebrio y/o drogado
que los arrolla. En suma, lo que
pide cualquier conductor cuando se
topa en su trayecto con otro en tal estado.
Sin llegar al listón de rebajar la
ley a 0 miligramos de alcohol por litro
de aire expirado, el ministro del Interior,
Juan Ignacio Zoido, sí anunció ayer
que los agentes de la Guardia Civil de
Tráfico van a ser implacables con dichas
conductas al volante. Los conductores
que en dos años sean «cazados»
y sancionados dos veces o más por ingesta
de sustancias estupefacientes y
alcohólicas, perderán su carné de conducir
«por falta de aptitudes psicofísicas».
Estos conductores reincidentes
pasarán luego una evaluación sanitaria
y será el médico quien determine
si recuperan su licencia.
En los últimos diez días se han sucedido
los ejemplos. Cuatro conductoras
ebrias han arrollado a grupos de
ciclistas en Valencia, Tarragona y Navarra.
Ayer también se supo que un vecino
del municipio vizcaíno de Basauri
ha sido detenido en cinco ocasiones
en los últimos 40 días por conducir
ebrio. Según la Policía Municipal, se
trata de un ciudadano de tal temeridad
que casi se lleva por delante un coche
patrulla que circulaba por el carril
contrario el pasado domingo, informa
Adrián Mateos. Él sería uno de esos reincidentes
a los que se aplicará la figura
del artículo 36 del Reglamento General
de Conductores de retirada del
permiso de conducción.
Zoido añadió un apunte que juzgó
relevante: se abrirán procedimientos
sancionadores por infracción si, después
de un accidente, el juez archiva
las actuaciones en la vía penal. Si hay
posibilidad de continuar con la vía sancionadora
administrativa, se hará para
que el infractor no quede impune, dijo.
En el Comité celebrado ayer se puso
sobre la mesa el último balance de siniestralidad.
En 2015 los usuarios de
bicicletas se vieron envueltos en 7.186
accidentes, en los que murieron 58 ciclistas
y 652 resultaron heridos. El 72%
de los siniestros se produjeron en vías
urbanas; pero la pérdida de vidas tuvo
un denominador común: 48 personas
fallecieron en las interurbanas. Los
hombres son los mayores usuarios de
bicicletas, así que representan también
el perfil de la víctima sobre las dos ruedas:
56 de los 58 fallecidos en 2015 eran
varones. La cifra fue aún peor en 2014,
cuando murieron 17 ciclistas más y está
lejos de la de 2007, cuando fueron 89
muertos, récord de la serie histórica
estudiada por la DGT.
En lo que va de 2017 son 18 fallecidos
(en carretera) y preocupa que son
tres más que por estas mismas fechas
de 2016, cuando perecieron 33 ciclistas
en el cómputo global. Así que Zoido
se comprometió ayer a detener la
sangría. ¿Cómo? Con una batería de
medidas de un plan urgente, como la
señalización de 49 rutas seguras para
la práctica del ciclismo, que se sumarán
a las 56 implementadas a principios
de año. Se activarán campañas de
concienciación, se intensificará la vigilancia
en vías muy transitadas por
bicicletas y se analizarán las causas de
la alta accidentalidad de ciclistas.
Arcenes de seguridad
Para el colectivo de ciclistas, las medidas
son «un buen punto de partida»,
aunque «faltan algunos compromisos»
como reformar el Código Penal y contemplar
como homicidio la omisión
del deber de socorro cuando se atropella
a ciclistas y estos mueren, dijo a
ABC Manuel Martín, director técnico
de la coordinadora ConBici.
Martín pidió que Fomento también
se implique en la reposición de arcenes
con un margen de seguridad para
los ciclistas en las vías nacionales |