La inauguración de una ruta marítima entre Barcelona y Tánger se ha convertido en el nuevo dolor de cabeza de la Guardia Civil. Los agentes detuvieron a 51 personas el año pasado que intentaron entrar, en total, más de 4.330 kilos de hachís al puerto catalán. La cifra multiplica casi por 40 la droga incautada durante el año anterior (110 kilos).
El principal motivo del incremento exponencial es esa línea regular, que se abrió en noviembre de 2010 y ofrece tres viajes por semana, según ha explicado esta mañana el comandante Alejandro Anhelo, responsable de seguridad fiscal y aduanera del Puerto de Barcelona, junto a los cabos José Antonio Romero y Mariano Mingueza. En la mayoría de los casos, los traficantes intentaron introducir el hachís camuflado en los coche, desde las puertas al motor. "La delincuencia organizada es como el agua, busca una grieta por la que entrar", ha lamentado Anhelo.
Los perfiles de los traficantes son variopintos. El comandante ha destacado el caso de familias con hijos, que cruzaban cargados de droga y con los menores a cuestas. O incluso personas con enfermedades graves, que buscaban ganar dinero. En cada barco caben 280 coches que los agentes deben controlar. Buscan pequeños indicios sospechosos, como parejas que en realidad no se conocen, titubeos, nervios, miradas esquivas... Y un modelo de coche predilecto, el Volskwagen Caddy.
La existencia de esta nueva ruta ha provocado el descenso de otras formas de introducir la droga, como las lanchas que clandestinamente descargaban droga en puertos y playas catalanes, según fuentes policiales. En el puerto de Barcelona además la Guardia Civil se incautó de 979 kilos de cocaína que los delincuentes esperaban introducir en España. La cantidad está muy por encima también de la aprehendida año anterior, cuando no se llegó al kilo. El aumento responde a la intervención de tres contenedores cargados de droga, según esas mismas fuentes.
En total, entre la cocaína y el hachís, la droga hubiese alcanzado los 40,5 millones de euros en el mercado negro, que se sumarían a los tres millones en los que se valoran las 948.820 cajetillas de tabaco falsificadas que recuperaron en 2011. Los números en este caso están muy por debajo del año anterior (cinco millones de cajetillas), aunque los primeros meses de 2012 han roto las estadísticas, con casi medio millón de paquetes falsificados intervenidos.
El control de los agentes en el puerto ha permitido también recuperar 25 coches robados, evitar que un padre se llevase a su hijo menor sin la autorización de la madre e impedir el tráfico de animales exóticos (serpiente, arañas y lagartos desde Alemania), entre otros. En total, 122 personas detenidas, de las que solo dos trabajaban en el puerto.